El estado de flujo o flow (en inglés), es un concepto que viene de la psicología.
Si lo aplicamos al marketing, hace referencia a un estado mental en el que entramos los consumidores o usuarios de servicios cuando compramos, ya sea en un establecimiento físico o en una tienda online. Sentimos placer durante la compra y estamos totalmente concentrados en lo que hacemos, lo que hace que disfrutemos plenamente de ese momento, llegando a perder la noción del tiempo.
Este concepto se empezó a valorar en 1975, y fue Csíkszentmihályi (profesor de Psicología en algunas de las mejores universidades de EEUU y nombre impronunciable) quien lo descubrió.
Esto es muy importante, y las empresas de todos los sectores cada vez se interesan más, porque está demostrado que cuanto mayor es el estado de flujo en el que se encuentra un consumidor, mayor es su predisposición a consumir y a volver a comprar en la misma tienda.
Además, la sensibilidad al precio baja y lo que antes parecía caro, pasa a tener un precio razonable y eso a las marcas les encanta.
Por si esto fuera poco, también mejora la valoración y recomendación del establecimiento a su familia y amigos. ¡Esto es la bomba, publicidad gratis!
Cada día más empresas se ponen las pilas para conseguir que sus clientes entren en estado de flujo al entrar en sus tiendas y páginas web, el objetivo es que los clientes estén a gusto y sepan desenvolverse en nuestro entorno.
Para conseguir esto, que no es nada fácil, se usan mucho los sentidos, los olores, la música, la iluminación, etc. También es muy importante dónde está situada la tienda o la imagen que proyectan los trabajadores. El objetivo es conseguir una atmósfera en la que los clientes estén como en casa.
En las tiendas online, la clave es crear una web sencilla e intuitiva, con imágenes de calidad. Todo esto ayuda a que nos sintamos bien navegando por la página y decidamos comprar.